Publicado el 08 de Mayo de 2023
EMPORDÁ, UN VIAJE ENOLÓGICO ENTRE MAR Y MONTAÑA
(GIRONA)
Nuevamente el vino nos traslada a mágicos paisajes y en esta ocasión nos sumergimos en la región catalana del Empordá donde los viñedos se sitúan en un entorno de contrastes flanqueados por el paraje natural de los Pirineos y el mar Mediterráneo. Por ello sus vinos capturan la esencia del mar y la montaña.
Empordá se ubica en Cataluña y concretamente en la parte norte de la provincia de Girona. Esta tierra es conocida por su larga tradición vinícola que, como se constata en las ruinas de Empúries, se originaron en el siglo VI a.C. y por lo tanto esta región posee una rica historia y un extenso patrimonio cultural enmarcado en hermosos paisajes.
Sus vinos nacen entre el mar y la montaña modelados por la Tramontana, un viento frío y seco que azota esta zona y marca su paisaje vitícola entre frondosos bosques y alcornocales cuya corteza se emplea para fabricar los corchos que guardan celosamente la esencia embotellada de esta región.
La Denominación de Origen de Empordá cuenta con unas 50 bodegas mayoritariamente de carácter familiar de las que tuve la ocasión de conocer a muchos de sus elaboradores en el Convento de los Capuchinos de Figueres, capital de la comarca del Alto Empordá.
El Claustro de este antiguo convento, originario del siglo XVIII, fue el histórico enclave elegido para descubrir los vinos que elaboran las pequeñas y familiares bodegas de la zona.
Como dicen los propios elaboradores, sus vinos reflejan “el carácter de un viento y el espíritu de una gente” por la influencia de la Tramontana y el espíritu de sus gentes que han sabido aprovechar los recursos naturales del entorno y el legado vitícola recibido de generación en generación.
Os cuento pequeñas pinceladas de algunas de las bodegas que tuve el placer de conocer y que me sorprendieron muy gratamente:
Celler Vinyeta está situada en la localidad de Mollet de Perelada y destaca por su compromiso con la sostenibilidad y la viticultura regenerativa. Su línea de vinos solidarios es única e irrepetible cada año ya que cada añada se elabora con “Mono-varietales” diferentes de variedades autóctonas minoritarias y sus etiquetas presentan las fotografías de dos de los monos, chimpancés o macacos abandonados y apadrinados por la Fundación Mona.
La bodega Terra Remota se encuentra en un lugar solitario entre bosques protegidos de la Tramontana por la Sierra de la Albera. Con ella descubrí a través de su vino Clos Adéle la personalidad que adquiere la variedad Xarel-lo en el Empordá.
Tocat i Posat, un proyecto de pequeñas producciones que nace con la finalidad de elaborar vinos singulares y de gran calidad con viñedos centenarios de sus variedades más autóctonas: Garnacha y Cariñena.
En el paraje natural de la Albera, los vinos de Celler Massís de L'Albera nos hablan de su territorio con suelos de pizarra entre alcornoques y monte bajo.
Celler Mas Llunes sigue la estela que comenzaron sus antepasados en el año 1389. Me sorprendió el vino ecológico nacido de un mismo viñedo centenario en el que conviven sus variedades más representativas: Garnacha y Cariñena.
Celler Gerisena, una Cooperativa tradicional de la que me encantó su singular Cariñena Blanca de montaña con un corto paso por barrica.
Mas Polit y su vino Racons elaborado con la variedad Monastrell del Ampurdá, una uva que hace años era mayoritaria en esta región y actualmente existen muy pocas cepas.
Después de catar una amplia variedad de vinos y elaboraciones nos disponemos a visitar tres bodegas diferentes con su propia personalidad y estilo únicos, pero compartiendo la misma pasión por capturar las características y peculiaridades del paisaje de esta región.
Comenzamos nuestro recorrido en Vinyes d'Olivardots donde conocimos su viticultura ecológica y biodinámica derivada del compromiso adquirido con el pequeño paraíso donde nacen sus vinos entre plantas silvestres y una rica biodiversidad.
Esta viticultura se basa en la interpretación del lenguaje de cada planta y de cada insecto que habita en las viñas y su cuidado se rige por el calendario lunar y la utilización de animales que mantienen el viñedo en perfecto estado.
Las enólogas Carme Casacuberta y Carlota Pena, madre e hija y propietarias de la bodega, nos explican una de las técnicas ancestrales que emplean para el cuidado del viñedo. Su proceso se basa en observar el nacimiento, crecimiento y comportamiento de las diferentes plantas y variedades de flores que crecen entre las cepas para determinar las condiciones climatológicas que tendrá cada añada y el estado del terreno.
La filosofía biodinámica, la viticultura regenerativa y la recuperación de variedades minoritarias dan vida a sus excepcionales vinos que tuvimos el privilegio de catar en la Sala de Ánforas entre tinajas de barro. También disfrutamos desde su amplia terraza con una impresionante vista de su entorno de Olivardots Rosa d'Ámfora, un singular vino elaborado con Cariñena Roja que me encantó.
Y de la excepcional viticultura de Olivardots pasamos a la excelencia y vanguardia que muestra la nueva Bodega Perelada con una tradición vinícola de más de seis siglos.
Su arquitectura basada en la sostenibilidad y la alta eficiencia ha sido diseñada e ideada durante años para elaborar grandes vinos de calidad. Inaugurada en 2022 es una bodega atemporal que representa la culminación de un sueño y un legado vinícola de la familia Suqué que perdurará en el tiempo.
Recorrer esta bodega disfrutando de una copa de vino es una de las magníficas experiencias que te adentran en la tradición vinícola y las raíces de esta zona integrados entre viñedos y cuidados jardines con una arquitectura de bodega que se asemeja al imponente y cercano Castillo de Perelada.
En compañía de Delfí Sanahuja, director de enología, visitamos sus amplios espacios diáfanos y sin pilares diseñados para optimizar la eficiencia y practicidad en el trabajo diario de la bodega. Impresionantes salas con paredes de hormigón imitando a las duelas de madera envuelven la zona de elaboración y crianza permitiéndonos observar desde un nivel superior la labor diaria que se realiza en estos espacios.
Una ruta que nos adentra en el “Templo” donde se afinan sus vinos de alta gama en grandes tinos de cemento y madera o en la “Biblioteca de Vinos y Reservas” donde siguen descansando botellas de antiguas añadas.
Nuestra visita finaliza frente a los jardines admirando su gran variedad de flores de todos los colores y catando sus vinos acompañados de su típica y exquisita gastronomía.
Desde este pequeño reducto de historia que fusiona tradición y vanguardia nos trasladamos a Espolla, una de las localidades con más altitud en la zona, donde visitaremos la Cooperativa d'Espolla en la que elaboran los “Vins de Postal”.
El objetivo de esta colección de vinos es mantener y preservar las mejores fincas premiando de alguna manera a los socios qué, por su paciencia, esfuerzo y dedicación a lo largo de más de 80 años de historia cooperativista, han reflejado los paisajes singulares de Empordá en cada botella.
“Vinos de Postal” es única e irrepetible en cada añada, ya que los viñedos merecedores de entrar en esta colección varían anualmente y en la contraetiqueta de cada botella se encuentra una frase que expresa la personalidad del viñedo seleccionado.
Nuestra ruta por los paisajes que dan vida a estos Vinos de Postal comienza ascendiendo por los bancales construidos en la Edad Media hasta llegar a la finca con más altitud desde la que pudimos disfrutar de una magnífica vista panorámica de su paisaje.
En cada viñedo seleccionado pudimos disfrutar de uno de sus Vins de Postal entre Cariñenas y Garnachas Blancas, Rojas y Tintas.
Esta región, además de ser una tierra de gran belleza paisajística cuenta con una innovadora gastronomía de “mar y montaña” que fusiona la esencia de su territorio y un gran patrimonio cultural e histórico.
Ejemplo de ello es el Museo Dalí que alberga gran parte de las obras del genio Salvador Dalí y atestigua el respeto y cariño que esta región siente por su principal embajador.
Finalizamos nuestra ruta en el mismo lugar que comenzamos: el antiguo Convento de los Capuchinos. En este histórico lugar se lleva a cabo la ceremonia de entrega de los Premios a los Mejores Vinos y Espirituosos 2022 otorgados por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino, de la que tengo el honor de ser miembro. Este evento se realiza anualmente en una región vitivinícola y premia los mejores vinos en sus distintas categorías.
Mi sincera enhorabuena a los premiados y desde aquí expreso mi agradecimiento al Institut Catalá de la Vinys i el Vi y a la Denominación de Origen Empordá por la magnífica organización y por habernos brindado la oportunidad de conocer a fondo el lugar donde nacen sus vinos que me han sorprendido muy gratamente.
Agradecer también a mis compañeros de la AEPEV el contribuir a la buena armonía y el magnífico ambiente que hemos vivido en estas jornadas.
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