Publicado el 13 de Diciembre de 2016
Salud amigos!
Damos la bienvenida a la temporada invernal con un clásico de los amantes del buen comer, los callos a la madrileña. Su elaboración se sustenta principalmente en tripas de vaca, morcilla y chorizo que le dan fuerza y carácter.
Para armonizar a nuestro protagonista, nada mejor que un cava. Agustí Torello i Mata Gran Reserva Barrica 2011, su particularidad, se trata de un monovarietal de Macabeo fermentado parcialmente en roble francés y con crianza mínima de 30 meses.
Con estas credenciales se convierte en una opción muy interesante para los callos. Los motivos de esta alianza se basan en el equilibrio que la efervesencia y frescura del carbónico consiguen con la contundencia del plato. La acidez presente permite "limpiar" el paladar a cada bocado para pasar al siguiente sin perder un sólo registro gustativo.
Por otro lado, su paso por barrica le confiere carácter suficiente para soportar las embestidas y paliar con sus aromas derivados de la madera la exhuberancia del plato.
Por último, siempre acompañamos esta receta con un poco de pan, es ahí donde el cava con su carácter autolítico, fruto de su crianza con las lías, es capaz de crear notas de pan y bolleria que recrean esas sensaciones en boca.
Con esta propuesta por afinidad y contraste hemos querido crear un juego de sensaciones capaz de generar una interesante y original experiencia gastronómica.
Hay más opciones que pueden armonizar con nuestros callos, desde un blanco de Rioja de corte clásico, con buen paso por madera, pasando por un tinto sin mucha carga tánica, estilo atlántico y porque no, un amontillado que nos podría ofrecer una interesante conexión...
Salud y buen provecho!!
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