Publicado el 09 de Enero de 2023
BODEGAS NABAL, SU HISTORIA FAMILIAR SE HACE VINO EN RIBERA DEL DUERO
GUMIEL DE IZÁN (BURGOS)
La tradición y arraigo a las raíces vitivinícolas se palpa en cualquier zona de Ribera del Duero donde se respeta la herencia vitícola heredada desde hace más de 2.500 años. El fruto de sus cepas marcan gran parte de su paisaje y de esa pasión y cultura de Ribera del Duero nace Bodegas Nabal, cuyo nombre fusiona dos apellidos muy enraizados al vino en la comarca: Navarro y Balbás.
Para descubrir su historia, entorno y elaboración visitamos la localidad burgalesa de Gumiel de Izán, ubicación escogida por la calidad de sus viñedos al atesorar el mayor porcentaje de viñedo viejo de la Denominación de Origen.
En compañía de Oscar Navarro, co-propietario junto con su hermano Daniel y encargado de la parte enológica, y la enóloga Rebeca Tomé comenzamos el recorrido por los viejos viñedos que rodean la bodega.
En nuestra visita descubrimos algunas de las parcelas de viñedo centenario que tienen en propiedad. Se trata de viejas y excepcionales cepas plantadas en vaso sin ningún tipo de sujeción como se realizaba tradicionalmente que obligan a realizar todo el trabajo de forma manual.
Seguimos nuestro paseo entre otros viñedos de pequeños viticultores que durante toda la vida han cuidado y mimado cada cepa y estas pequeñas parcelas seleccionadas son partícipes en la elaboración de los vinos de la bodega.
Los rendimientos de producción de estas viejas viñas son muy bajos ya que condensan en pocos racimos toda su esencia formando parte de la excelencia del vino. Muchos de estos viñedos son “vidueños” o pequeñas parcelas en las que antiguamente se plantaban diferentes variedades. Por ello su vendimia se ralentiza teniendo que efectuarla en diferentes fases, eligiendo y comprobando cada variedad y su grado óptimo de maduración.
Rodeados de cepas mayoritariamente de Tempranillo o Tinta del País, Garnacha y Albillo Mayor Oscar me transmite su filosofía de elaboración basada en que “la cepa es el lugar donde nace el vino”. Por lo tanto para crear un gran vino, la principal exigencia es seleccionar una uva de calidad desde el viñedo combinando tipos de suelos, orientaciones y parcelas.
Bodegas Nabal está situada en una loma desde la que se vislumbra el paisaje burgalés de Ribera del Duero entre naturaleza y pequeños viñedos que forman un entorno natural privilegiado.
Las dos grandes galerías exteriores que flanquean el edificio principal animan a disfrutar del paisaje entre cuidados y coquetos jardines. Como curiosidad, las vigas de madera del techo de estas galerías son de olmo y pertenecieron al Palacio Ducal de Lerma que, tras su reforma, fueron adquiridas por la bodega.
Cuando nos adentramos en el edificio principal percibimos una fusión de tradición con vanguardia. Los grandes jarrones repletos de cornamentas de corzos nos anuncian que estamos en un entorno natural excepcional donde abundan estos animales que, como cada año, cambian su cornamenta en lo que se conoce como el “desmogue”. Estos corzos y los viejos viñedos que rodean la bodega también protagonizan las etiquetas de sus vinos.
El colosal salón que alberga un lagar de más de 200 años crea un ambiente acogedor en el que cada rincón y cada espacio está estudiado en detalle para disfrutar del vino en su WineBar donde grandes cristaleras nos ofrecen unas magníficas postales naturales del entorno.
La estructura funcional de la bodega, diseñada por Oscar Navarro, permite la practicidad a la hora de elaborar y el desplazamiento a las distintas zonas de una manera rápida y eficaz.
Desde la zona de elaboración observamos microvinificaciones que aportan sutiles matices a sus vinos, por ello su lema es: “cada añada es una joya a descubrir”.
Catamos el Albillo Mayor directamente desde los depósitos inoxidables, ánforas de hormigón y desde las barricas comprobando las diferentes características que aporta cada uno de estos elementos y que, con este coupage, elaborarán su Nabal Albillo Mayor.
También tuve el placer de catar su Albillo Mayor desde las barricas en una sorprendente Sala de Envejecimiento que se asemeja a una Abadía. Un magnífico lugar para envejecer el vino entre luces indirectas, arcos y rosetones con preciosas vidrieras de vivos colores que muestran la evolución de los racimos desde su brote hasta su vendimia. Un lugar que me fascinó!!!!
La antesala a este excepcional espacio es una singular Sala de crianza donde reposan sus vinos en barricas de roble francés, americano, húngaro y madera de acacia presididos por otro centenario lagar y en el que podemos reconocer los principales tamaños de botellas que existen en el vino. Desde el Nabucodonosor de 15 litros, Baltasar de 12, Salmanazar de 9, Imperial de 6, Jeroboam de 4 litros y medio, Doble Magnum de 3, Magnum de uno y medio, la botella estándar de 0,75 y la media botella de 0,37 litros.
Nuestra visita finaliza en el Túnel del Vino, un magnífico lugar subterráneo donde permanecen parte de sus barricas a temperatura ambiente natural.
Comenzamos a catar sus vinos donde cada añada es un mundo a descubrir:
Nabal Rosado 2022. Una primicia que aún no ha salido al mercado elaborada con el cuidadoso sangrado de Tempranillo, Garnacha y Albillo Mayor. Muy fresco, aromático y frutal. Me encantó!!!
Nabal Albillo Mayor. El coupage de esta variedad envejecido en acero inoxidable, huevo de hormigón y barrica crea un vino muy complejo con toques tropicales.
Valle de Nabal 2019. Monovarietal de Tempranillo de viñedos de 40 y 50 años con nueve meses de crianza mayoritariamente en roble americano refleja el clasicismo de Ribera en un vino con estructura.
Nabal Crianza 2018. También monovarietal de Tempranillo con 14 meses de crianza esta vez predominando el roble francés al americano. Potente en boca con aromas a fruta roja madura y suaves torrefactos y cacaos.
Nabal Reserva 2016. La variedad Tempranillo con fermentación en barrica nueva y crianza de 18 meses en barrica muestra un vino muy longevo, elegante y algo especiado.
Como colofón a esta magnífica cata disfruté de Gran Lerma 2016, el vino que elaboran en la bodega Lerma perteneciente a la Denominación de Origen Arlanza. Su crianza de 24 meses en barrica, gran parte en barrica nueva, le aporta a la fruta negra toques licorosos y torrefactos.
Desde aquí os animo a visitar Bodegas Nabal y conocer su sueño familiar que respeta los orígenes y cuida cada detalle, desde el viñedo a la botella.
Y si queréis ampliar vuestra visita, podéis amanecer en este lugar privilegiado pernoctando en su hotel que cuenta con habitaciones y suites elegantemente decoradas o celebrar acontecimientos especiales en el coqueto Salón donde vislumbramos desde unas grandes cristaleras su magnífica “Abadía” o Sala de Barricas.
Muchas gracias a la familia Navarro Balbás y al magnífico equipo que integran la bodega por su hospitalidad y amabilidad. Volveré!!!
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